La
reiteración de actos vandálicos puede poner de relieve la necesidad de instalar
cámaras de vigilancia en zonas comunes. Una cámara puede ser suficiente dado
que disponen de amplios ángulos de visión, incluso nocturna (de noche las
imágenes serían en B/N).
El coste
de instalación de una cámara rondará los 700 €, y su mantenimiento mensual,
tratamiento de imágenes y red ADSL incluída, unos 50 € más al mes. La compañía
de instalación se hará cargo de gestionar el fichero ante la AEPD (LOPD). Se
nombrará un gestor del sistema que puede ser el administrador, el Presidente u
otro. Siempre tras un incidente previo, este gestor podrá solicitar el
visionado de las imágenes, que se borrarán al cabo de una semana. Las imágenes
se facilitan en primera instancia en formato AVI, y en caso de presentar posterior
denuncia se pasarían a formato ICF (con marca de agua para su validez como
prueba).
La
compañía instaladora insistirá en colocar un cartel disuasorio en un lugar de
la entrada visible desde la calle.
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