El ranking de los principales
conflictos en el seno de las comunidades de vecinos:
1. Inadecuada
llevanza de la contabilidad
Una adecuada administración
implica llevar las cuentas al día y de forma totalmente transparente: presentar
informes económicos periódicos, presupuestos y liquidaciones anuales.
Nombrar presidente a un
propietario deudor con la comunidad suele acarrear problemas de fraude en
fincas que carecen de administrador. Ser presidente de una comunidad es
obligación de los propietarios cuando les corresponda. No obstante la junta de
propietarios, en caso de que haya varios voluntarios, puede nombrar a otro
propietario aunque no le corresponda, si el orden establecido condujese a
nombrar presidente a un propietario deudor con la comunidad, que en todo caso
carecerá de derecho de voto.
2. Problemas
de convivencia. Actividades insalubres, delictivas, ruidos, etc. Arts 7 y 9 LPH
Posibles actuaciones: a)
localizar el foco del conflicto, b) intentar llegar a un acuerdo amistoso, c) requerir
mediante el envío de Carta certificada e
inclusión del problema en el orden del día, d) solicitar ayuda al resto de vecinos
para obtener imágenes con el fin de ejercitar denuncia por insalubridad o acto
vandálico.
La reiteración de actos
vandálicos puede poner de relieve la necesidad de instalar cámaras de
vigilancia en zonas comunes. La instalación rondará los 700 €, y su
mantenimiento mensual unos 50 €. Puede ser un elemento disuasorio aunque no es
la panacea, también puede ser inutilizado por el infractor.
3. Morosidad
Tras la reciente modificación de
la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), el banco que ejecuta la vivienda o el
nuevo propietario que la compra, tienen obligación de responder de las deudas pendientes
a la comunidad del año en curso y de los tres años anteriores.
Trámites previos (reclamación
extrajudicial): a) intentar acuerdo amistoso, b) enviar escrito, y c) averiguar
bienes (posible insolvencia). La reclamación judicial, denominada procedimiento
monitorio, requiere previamente liquidar las cantidades adeudadas hasta la
fecha en el Acta.
Cada vez son más los casos de
propietarios que, acuciados por la difícil situación económica, proponen a la comunidad desarrollar la limpieza de las zonas
comunes a cambio de reducir su deuda con la comunidad. Los problemas que se
plantean aquí son: a) duda del buen trabajo realizado (en especial si no es la
actividad principal del deudor), b) problema de sobrecoste: al “sueldo”, que se quedaría la comunidad en pago de la deuda, habría que sumar el alta en
Seguridad Social y los productos de limpieza, y c) en caso de no dar de alta, doble problema
de responsabilidad de la comunidad, por no dar de alta y por pagar en “B”.
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