La CNMC tiene encima
de la mesa el borrador de Real Decreto de la última reforma eléctrica. A partir
del 1-abril desaparecen las subastas y se tomará como precio de la energía el
que efectivamente haya habido en el mercado eléctrico durante el periodo de
consumo del recibo. Según el Gobierno será un sistema más sencillo, más
transparente y que eliminará sobrecostes
e intermediarios: estimando una rebaja en la factura del 3%. Sin embargo,
imponderables como las condiciones metereológicas, sí pasarán a tener una
repercusión directa en la misma.
Se podrá elegir entre
a) una factura anual, más cara, pero que evitará la incertidumbre, con un precio
cerrado durante 1 año, con compromiso de permanencia eso sí, o b) una factura
por horas. Esta factura por horas requerirá un contador digital (que será obligatorio
en 2018) y una potencia contratada inferior a 10 KW. Sin contador digital se
aplicará el precio medio diario del OMIE (mercado mayorista diario).
Las asociaciones de
consumidores advierten de la complejidad de la factura por horas. Las
eléctricas aseguran estar preparadas para la desregulación del sector. En
términos conceptuales, la potencia pasará de suponer el 35% al 60%, y el
consumo, del 65% al 40%, con lo que se trata de beneficiar a las familias. El
tramo regulado continuará siendo del 55%.
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