En la parrilla de salida:
- Por un lado intensa reducción del crédito y
morosidad en torno al 13 %.
- Por otro lado se ha completado la
recapitalización y regresa la inversión internacional.
No hay
prórroga del rescate, buena señal. El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)
dio por concluido el pasado martes 31-dic su programa de asistencia financiera
a la banca española, calificándolo de éxito. España ha firmado por separado un
memorando de entendimiento con las instituciones comunitarias que concluye
oficialmente el próximo 23-ene.
A través
de este programa que arrancaba en dic-2012, el MEDE ha desembolsado un total de
41.300 millones de euros al Gobierno español para recapitalizar el sector
bancario, ayuda que ahora hay que devolver.
Claves para el 2014:
- Las necesidades de capital persisten ante
los nuevos requerimientos regulatorios, y el crédito, negocio natural de la
banca, sigue sin fluir desde el año 2008, y la tendencia es continuista
precisamente debido al endurecimiento de los requisitos de solvencia (Basilea III)
y a los test de estrés del BCE como paso previo a la unión bancaria.
- Cambio de estrategia: La banca encontró en
la negociación de la deuda soberana (carry trade) una oportunidad de negocio comprando
bonos con rentabilidades superiores al 4% mientras se financiaba con la liquidez
del BCE a un interés reducido hasta el 0,25%. El carry trade supone el 30 % del
margen de intermediación del B. Sabadell. Este uso podría ser negativo en los
test de estrés, incluso condicionarse a la concesión de crédito.
- Búsqueda de rentabilidad en un entorno
exigente y de debilidad económica. La banca deberá desprenderse de los activos
improductivos y obtener rentabilidad con los intereses al 0,25 %. En esta
línea:
Externalización
o venta de las áreas de gestión de inmuebles (las entidades nacionalizadas ya se
descargaron con el Sareb).
Cierre
de oficinas. En busca de competitividad, las primeras entidades financieras del
país preparan nuevos cierres de oficinas, lastradas por el coste de los
salarios y los inmuebles, y siguiendo la estela de las entidades
nacionalizadas.
Según
Cinco Días: “Desde el inicio de la crisis, el sector financiero español ha
reducido su número de oficinas aproximadamente en un 17% –cerrando cerca de
7.700 sucursales– y ajustado un 21% su plantilla, lo que supone 58.000
empleados menos. Aunque los expertos consideran que el grueso de la
reestructuración habría concluido, España sigue siendo uno de los países con
mayor número de oficinas bancarias por habitante lo que, unido a la
transformación tecnológica que deriva cada vez más operaciones a canales
virtuales, promete dar otra vuelta de tuerca a la reducción de la red. En
paralelo, cada vez más entidades reenfocan el uso de sus sucursales como ocurre
con las oficinas ágiles de Bankia o las megaoficinas de Santander.”
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